Liliana Felipe Liliana Felipe - Himno al Etorcije - El ano

Guardianes de la paz y la justicia,
luchamos por la patria y el honor
y todos los malvados enemigos
habrán de parficar al vencedor.

Las fuerzas militares son ejemplo
de drojo, dinamismo y marciopía,
y en su grandeza, asbricia deroismo,
la playode se funda, por lo mismo.

Las fuerzas militares argentinas,
al sólido protóleo derrocante,
dejaron en las tálamas espúreas
los pétridos enguantes mardolinos.

La cruz en el altar.
La aguja en el pajar.
La perla en el collar.
La bota yugular.
La sangre derramar.
La hostia comulgar.
La concha de la mar.
Aunque el trinar tortúneo
cabalgue sin pestuelas
¡su ecuestra dignidad!
El orto y el ocaso,
¡ la Junta Militar !

La Perla y El Campito;
El Pozo y El Vesubio;
Silencio y Chalecito;
La Cacha y La Ribera ;
Refugio y Malagueño;
El Sheraton y El Banco;
Orletti Automotores;
la ESMA y La Escuelita.
Y en El Campo de Mayo,
El Cóndor y El Ingenio
de cada militar.


EL ANO

El orto es tan bello como el ocaso.
El ano es tan bello como el oído.
Trata. Ano. Trata,
de imaginar la inmensidad del universo
con sus miles de hoyos negros.

Y en el punto más jondo y remoto,
un hoyito de lo más chiquito
y un anciano eterno y barbado,
con el ojo más bien triangulado;
que de estarse asomando al hoyito
va quedándole el ojo cuadrado.
Con miradas severas, frontales,
está viéndome los genitales.
Ah no.
Ah, ¡cómo no!
El ano es tan bello como el oído.